El deporte como herramienta de empoderamiento femenino
Redacción: Gestión Sport UPV.
El deporte tiene una enorme capacidad para impulsar la igualdad de género y el empoderamiento de las las niñas y mujeres como colectivos sociales. La práctica deportiva moviliza a la comunidad mundial y se dirige a los jóvenes. Se une a través de barreras nacionales y diferencias culturales. Es una herramienta poderosa para transmitir importantes mensajes en un ambiente positivo y de celebración, a menudo para audiencias masivas.
En los últimos años, las audiencias han demostrado un interés cada vez mayor en las mujeres deportistas. Los movimientos de mujeres en muchos países han luchado y ganado acceso a practicar deportes. También asisten a partidos, y en algunos casos, muy reducidos todavía, logran la misma remuneración en premios. Las atletas se han convertido en leyendas y sirven de modelos de inspiración, tanto para las mujeres como para los hombres globalmente. Estas aprovechan la admiración que despiertan al máximo para crear conciencia sobre cuestiones de género y para exigir cambios.
Por otro lado, destacan también en el protagonismo del deporte como herramienta de empoderamiento para niñas y mujeres diferentes actores del ecosistema deportivo. Estos incluyen las instituciones deportivas que impulsan avances significativos para conseguir el cambio. Encontramos un ejemplo de esto en las organizaciones que están desarrollando su deporte
a nivel de base para mujeres y niñas. Dichas organizaciones, a menudo, implementan estrategias de igualdad de género, de protección de las políticas de género y con ellas aumentan la participación de las mujeres en el liderazgo deportivo, en todos los niveles de la profesión, aumentando la asignación de recursos, haciendo mejor y más medios cobertura, marketing libre de prejuicios y promoción de los logros de las mujeres, y más.
Sin embargo, hasta ahora, muchas de estas iniciativas han estado funcionando de forma relativamente aislada, lo que lleva a perder oportunidades de aprendizaje y escalar las mejores prácticas. Por tanto, sigue siendo un deber de todo el ecosistema deportivo generar políticas de cambio que ayuden a más niñas y mujeres a practicar deporte de manera segura y en igualdad de condiciones.