Innovación

Gestor de élite

El siguiente artículo de opinión ha sido redactado por la gestora deportiva Julia Figueroa Peña.

Hoy en día no es nada nuevo ni descabellado hablar de la importancia que ejerce la psicología en el ámbito deportivo.

En el deporte de alta competición es una herramienta muy útil que pueden usar los deportistas  y que les ayuda entre otras cosas a focalizar la atención, tomar las decisiones más adecuadas frente a un inconveniente, mantener un nivel de motivación adecuado al igual que el de activación, autoconfianza, aprender a controlar el estrés y a tener una cohesión y comunicación  de equipo adecuada.

La psicología deportiva tiene como objetivo alcanzar el mayor rendimiento de un equipo o de un deportista.

Esto se puede trasladar al entrenador y al equipo técnico, el cual debe ser consciente y conocedor del ambiente y la reacción que puede crear en el equipo o en el deportista con sus decisiones, su forma de comunicarse, de realizar una orden o de corregir algún aspecto técnico, táctico o de comportamiento.

Entrando en el tema de gestión. Los  gestores y directores deportivos tienen que tener muy en cuenta las consecuencias de sus decisiones ya que tienen una influencia trascendental para el buen desarrollo de la organización.

La incorporación de aspectos psicológicos que optimizan la actuación de los gestores es un buen apoyo para que esta sea beneficiosa para la organización.

Para que esto se lleve a cabo pueden seguir unas estrategias psicológicas, tienen que ser sencillas pero eficaces. El gestor debe saber en todo momento que quiere y que busca a la hora de seleccionar colaboradores que se ajusten a las obligaciones, ideas, objetivos y forma de trabajo. Establecer normas, penalizaciones y reuniones con los miembros de la organización, todo esto puede ser más participativo o menos teniendo en cuenta que llegar a un acuerdo en las normas y las penalizaciones con los colaboradores los hace más partícipes y por lo tanto pueden involucrarse más de cara a alcanzar los objetivos que a parte de ser realistas tiene que haber una interrelación entre los objetivos individuales y los colectivos.

Todas estas herramientas que se pueden poner en práctica para alcanzar óptima organización, se pueden usar o se pueden hacer más participativas dependiendo del tipo de gestor y del “poder” que este ejerza, es decir la influencia, credibilidad, aceptación de la autoridad o prestigio que el gestor tiene sobre sus colaboradores.

Hemos visto algunas herramientas y estrategias de la psicología con el fin de lograr un funcionamiento adecuado de la gestión y organización. Pero hasta ahora se ha visto por separado las herramientas psicológicas del deportista de élite y el de gestor deportivo y en muchos aspectos se pueden relacionar ya que la organización y gestión de una gran prueba deportiva, hablando de toma de decisiones, de motivación, de eleciones que tienes que tomar en un momento determinado, a  mi parecer, no es muy diferente a las circunstancias que se dan en una competición.

No hay más que ver el Maratón de Valencia por ejemplo, cada año se ha ido superando y para eso ha tenido que “competir” no solo con otras ciudades, también consigo misma. Cada nueva edición se mejora hasta tal punto que este año se ha situado como el sexto Maratón más rápido del mundo con una marca de 2h03:51 conseguida por el atleta Kinde Atanaw Alayew que con este tiempo tiene el récord de la prueba. Por su parte la atleta Roza Dereje también consiguió el récord de la prueba femenina al parar el cronómetro en 2h18:30.

Esto es debido de los gestores y del todo el equipo que está involucrado. Querer superarse, tener unas objetivos marcados y trabajar para lograrlos, corrigiendo fallos y destacando las virtudes, al fin y al cabo lo todo deportista de alto nivel hace para mejorar su rendimiento.

Por eso me atrevo a decir que todo gestor a parte de saber utilizar las herramientas psicológicas para dirigir y organizar a los colaboradores, también necesita saber utilizarlas a nivel personal como si un deportista de élite se tratara, saber controlar el nivel de activación, el control de estrés, la toma de decisiones, autoconfianza, una atención y concentración adecuada, saber mantener una buena cohesión de equipo y tener una buena comunicación interpersonal.

En todo gestor, hay un competidor.