Deporte, mujer y realidad
El siguiente artículo ha sido redactado por un equipo de gestores y gestoras deportivos, este esta formado por: Patricia Fenoll Parra, Fran Sanz Molina, Álvaro Solano León y Ana Tudela Martí.
Desde tiempos inmemoriales, se ha atribuido a los hombres atributos como la competitividad, la fuerza o la potencia, y a las mujeres otros como la sumisión, la delicadeza y la pasividad. A partir de esta idea inicial, es cuando se crean los llamados “deportes para chicos” y “deportes para chicas”. Esto conlleva que tanto niños como niñas que practiquen deportes que no corresponden socialmente a su género sufran comentarios sexistas y despectivos por parte de su entorno, principalmente. Sin olvidar las repercusiones sociales y psicológicas que conllevan estas actitudes discriminatorias en el desarrollo de los más pequeños. Como consecuencia, nacen los estereotipos propios de cada deporte y, además, de género.
Socialmente, no está bien visto un hombre que practica danza o una mujer que compite en halterofilia. En este caso, nos centramos en las mujeres al decir que no se atreven a practicar algún deporte por su clasificación social. Pero, ¿cuál es el origen de este fenómeno realmente? Para dar respuesta a esta pregunta, hay que destacar que tenemos una visión androcéntrica heredada que es difícil de combatir y que no contribuye en absoluto a disminuir las desigualdades existentes entre géneros.
Por ello, los medios de comunicación juegan un papel importante, ya que son los encargados de redactar las noticias y mostrarlas a la población. En ello interviene tanto el contenido de la noticia como el material audiovisual que lo acompaña, además del tiempo que se destina a dicha información. Por todos es sabido que en todos los medios de comunicación el deporte femenino no ocupa ni una tercera parte en comparación con el masculino. Todo ello a pesar de las grandes deportistas que alberga este país y la cantidad de títulos deportivos a nivel mundial que han conseguido y siguen consiguiendo. A pesar de ello, parece que es la mujer la que tiene que luchar por sus derechos, unos derechos que ya tiene por el hecho de nacer, como es la igualdad entre géneros.
Afortunadamente, la sociedad evoluciona y no iba a ser menos en materia de deporte. Aunque aún queda mucho por avanzar, parece que poco a poco se observan pequeños progresos como por ejemplo, en la subvención de ligas femeninas por los grandes empresarios de nuestro país o a través de las entidades públicas más cercanas a la población como son los ayuntamientos.