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Innovación deportiva. eSports y su crecimiento.

Introducción

Los eSports (deportes electrónicos o ciberdeportes) son competiciones profesionales de videojuegos que han evolucionado de un simple pasatiempo a una industria de entretenimiento con gran potencial. Al igual que los deportes tradicionales, se organizan en ligas y cuentan con una estructura formal.

Los jugadores, conocidos como gamers, compiten de forma individual o por equipos para ganar títulos, premios y recompensas que dependen de la magnitud de la competición y de sus patrocinadores. Esta actividad exige un entrenamiento diario, y muchos jugadores son profesionales con sueldos considerables, alcanzando una popularidad comparable a la de las estrellas deportivas convencionales.

La gran repercusión de los eSports ha llevado a que grandes clubes deportivos, universidades y empresas hayan creado sus propios equipos. La industria generada alrededor de esta actividad es muy amplia y no se limita únicamente a jugadores y clubes, sino que incluye una gran variedad de profesionales esenciales para el entorno deportivo, como entrenadores, preparadores psicológicos y físicos, expertos en rendimiento, representantes y periodistas.

Para contextualizar, no todos los videojuegos forman parte de los eSports. Para que un videojuego sea considerado eSport debe cumplir una serie de requisitos: permitir la competición entre dos o más participantes, disponer de un reglamento, tener un objetivo alcanzable mediante habilidades técnico-tácticas, contar con una estructura competitiva y disponer de una base amplia de jugadores que despierte el interés del público y de los medios de comunicación.


1.1 ¿Qué son los eSports?

Los eSports representan una modalidad competitiva digital que ha alcanzado niveles de profesionalización equiparables al deporte tradicional. Su estructura organizativa, exigencia de rendimiento y proyección mediática los posicionan como un fenómeno consolidado dentro del ecosistema deportivo y del entretenimiento digital.


1.2 Su relevancia actual

La creciente popularidad de los eSports no está impulsada únicamente por los grandes premios económicos, sino también por su accesibilidad universal. A diferencia del deporte tradicional, solo se necesita acceso a internet, lo que permite a los participantes conectarse desde cualquier parte del mundo, incluso a través de un smartphone.

El desarrollo de tecnologías como el streaming y la red 5G ha sido clave, ya que facilitan la transmisión en tiempo real con baja latencia y fomentan la interacción entre jugadores y espectadores. La cultura del videojuego se basa tanto en jugar como en ver competir, y grandes eventos como el Campeonato Mundial de League of Legends han demostrado un seguimiento masivo, atrayendo inversiones de plataformas y canales de televisión como Disney o SyFy.

En la actualidad, los eSports se han consolidado como una de las industrias de entretenimiento más influyentes del mundo. Atraen inversiones multimillonarias, ocupan espacios destacados en los medios de comunicación y forman parte de las estrategias de marketing de grandes marcas globales. Su audiencia rivaliza con finales deportivas tradicionales como la NBA o la Champions League.

Como ejemplo, un informe de la revista Vandal indica que la final mundial de League of Legends, celebrada el 2 de noviembre de 2024, alcanzó un pico de 6,94 millones de espectadores.


1.3 ¿Por qué hablar de su crecimiento en este momento?

El desarrollo del streaming y de la red 5G ha sido decisivo en la expansión de los eSports. Plataformas como Twitch o YouTube Gaming han transformado a jugadores y creadores de contenido en auténticos referentes culturales con millones de seguidores.

Los eSports representan una convergencia única entre tecnología, deporte y entretenimiento, posicionándose como un sector dinámico con una gran capacidad para captar audiencias jóvenes y crear comunidades globales.

Resulta especialmente relevante analizar cómo una actividad que nació en garajes, salones recreativos y pequeños cibercafés ha terminado llenando estadios y superando en audiencia a algunos deportes tradicionales. Para comprender su impacto actual, es necesario revisar sus orígenes.


Origen de los eSports

Según un informe de ISPO (2023), los eSports llevan más de 50 años entre nosotros, y su crecimiento ha estado directamente relacionado con la expansión de internet y de la informática.

Los orígenes se remontan a 1952 con el juego computarizado XOX (Tres en raya), desarrollado por Alexander Shafto Douglas en la Universidad de Cambridge. En 1958 se produjo otro hito con Tennis for Two, considerado uno de los primeros videojuegos interactivos para dos personas.

El primer torneo documentado de eSports tuvo lugar en 1972 en la Universidad de Stanford con las llamadas “Olimpiadas Intergalácticas de Guerra Espacial” del videojuego Spacewar!. Posteriormente, la llegada de las consolas domésticas y los salones recreativos popularizó la competición, incorporando sistemas de récords y clasificaciones.

La era de los grandes torneos comenzó en los años 80, con eventos como el Space Invaders Championship de 1980, que reunió a más de 10.000 jugadores. En los años 90, compañías como Nintendo y Blockbuster impulsaron competiciones masivas, mientras que el auge del PC y las LAN parties consolidó el formato moderno.

El modelo actual se afianzó con eventos internacionales como los World Cyber Games (2000) y la Electronic Sports World Cup (2003), alcanzando su madurez económica con torneos que ofrecían premios millonarios a partir de 2005.


La importancia de la gestión deportiva y la profesionalización empresarial en los eSports

El crecimiento exponencial de los eSports está estrechamente ligado a la evolución de su gestión deportiva y organizativa. Las estructuras han pasado de modelos amateur a entidades corporativas altamente profesionalizadas.

Hoy en día, un club de eSports funciona como una empresa multidisciplinar, con departamentos de marketing, comunicación, finanzas, recursos humanos y áreas especializadas en rendimiento deportivo, psicología y análisis de datos. La figura del mánager o director de equipo resulta clave para coordinar entrenamientos, gestionar calendarios, supervisar contratos y velar por el bienestar integral del jugador.

Este proceso de profesionalización ha sido impulsado por varios factores: la atracción de capital, la necesidad de construir marcas sólidas, la legitimación institucional por parte de clubes deportivos tradicionales y la creciente demanda de calidad por parte de las audiencias.

Como resultado, los clubes de eSports no solo compiten, sino que generan contenido, gestionan talento, negocian acuerdos comerciales y desarrollan estrategias de crecimiento a largo plazo. Ejemplos como G2 Esports, Fnatic o T1 evidencian este modelo empresarial global.

Según el Global Esports Market Report 2024 de Newzoo, los ingresos mundiales del sector superarán los 1.800 millones de dólares en 2026, principalmente a través de derechos audiovisuales y patrocinios.


Conclusión y perspectiva futura

El futuro de los eSports está marcado por la innovación tecnológica, la profesionalización y su integración con el entretenimiento global. Tecnologías como la realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial y el análisis avanzado de datos están transformando el entrenamiento y la gestión deportiva.

El crecimiento se refuerza con la creación de infraestructuras específicas, la expansión del mobile gaming, la formación universitaria especializada y la búsqueda de modelos de negocio sostenibles más allá del patrocinio tradicional.

Los eSports se consolidan así como un sector estratégico dentro del deporte y la industria digital, con un enorme potencial de desarrollo en los próximos años.

Autor: Jordi Vila Saiz


Referencias bibliográficas

  • ISPO.com. Historia de los eSports: ¿Cómo empezó todo?
  • Newzoo. Global Esports Market Report 2024.
  • Vandal (2024). La final de Worlds 2024 se convierte en el evento de eSports más visto de la historia.