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El deporte como herramienta de reconstrucción social en Valencia

La devastadora DANA que azotó Valencia a finales de octubre de 2024 ha dejado una huella imborrable en la región, con más de 200 vidas perdidas y daños materiales incalculables.

Mientras la comunidad valenciana lucha por recuperarse de esta catástrofe sin precedentes, es inevitable reflexionar sobre el impacto que este desastre natural ha tenido en todos los aspectos de la vida cotidiana, incluido el deporte.

En tiempos de crisis, la práctica deportiva a menudo se erige como un punto de esperanza y un catalizador para la cohesión comunitaria. La reanudación de las actividades deportivas representa un acto de resistencia frente a la adversidad.

Sin embargo, se ha advertido que la infraestructura deportiva ha sufrido daños significativos; campos de fútbol anegados, pistas de atletismo destruidas y gimnasios inundados son solo algunos ejemplos de los obstáculos que enfrenta el sector.

Más allá de la reestructuración material que esto requiera, no debemos olvidar que el deporte puede desempeñar un papel crucial en la recuperación psicológica y social de la comunidad. Los eventos deportivos y la cooperación en la organización de actividades deportivas en sus diversas categorías, incluso a pequeña escala, pueden proporcionar un sentido de unidad en medio de un contexto social complejo.

El retorno del deporte será un proceso gradual que requerirá paciencia y perseverancia. Sin embargo, cada paso hacia la normalidad deportiva será una victoria simbólica contra la devastación causada por la DANA.

A medida que los campos se secan y las instalaciones se reconstruyen, el deporte valenciano tiene la oportunidad de emerger con más fuerza. La resiliencia que demuestren atletas y aficionados locales será un testimonio del espíritu inquebrantable de Valencia.

Quienes han practicado deporte entienden que las caídas, las derrotas y los resultados desfavorables nos permiten visualizar el futuro desde una perspectiva de crecimiento, lo que podría traducirse en un fortalecimiento del acervo identitario de los habitantes de la región para superar paulatinamente esta tragedia.

Hoy, una situación dolorosa —más allá de sus consecuencias— puede significar un punto de partida para la reconstrucción social, desde nuestros valores hasta la forma en que nos observamos unos a otros. De este modo, la práctica deportiva nos permitiría incorporar en nuestras vidas el sentido de solidaridad, perseverancia, resiliencia y cooperación; elementos fundamentales que podrían servir como piedra angular para configurar un Valencia más fuerte ante los próximos desafíos.

Para parafrasear a Albert Camus: «En las profundidades del invierno finalmente aprendemos que en nuestro interior habita un verano invencible.»

Diego Egaña

Estudiante del Máster en Gestión Deportiva de la UPV.