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Turismo deportivo, ¿la nueva joya de la corona?

Con casi 94 millones de turistas en 2024, un 10% más que en 2023 (85,1 millones), España ha batido su récord histórico y consolidado su posición como referente mundial en el sector turístico. En un mundo cada vez más acelerado, las personas buscan escapar de la rutina y descubrir nuevos destinos y formas de disfrutar de su tiempo libre. Entre estas tendencias emergentes, el turismo deportivo se ha convertido en una de las más destacadas, acompañado por otras como el turismo wellness o de bienestar y el turismo MICE (Meetings, Incentives, Conferences & Exhibitions) o de negocios, entre otros.


El turismo deportivo está definido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) como “un tipo de actividad turística que se refiere a la experiencia viajera del turista que, o bien observa como espectador, o bien participa activamente en un evento deportivo que implica, por lo general, actividades comerciales y no comerciales de naturaleza competitiva”. A diferencia del turismo activo o de aventura, que se centra en experiencias recreativas en entornos naturales, el
turismo deportivo cuenta con un factor clave: la competición, ya sea contra otros o contra uno mismo.


¿Por qué ha crecido tanto el turismo deportivo?
Varios factores explican el auge del turismo deportivo en los últimos años:

-Un turismo respetuoso con el entorno: A diferencia de otras tipologías turísticas tradicionalmente masificadoras, el turismo deportivo tiende a ser más sostenible y compatible con la vida local, lo que lo hace atractivo para muchas comunidades. Además, suele generar un impacto económico positivo en los destinos, beneficiando tanto a grandes ciudades como a pequeñas localidades con eventos y actividades deportivas

-El auge del deporte y el bienestar: Cada vez más personas combinan sus viajes con la práctica deportiva, buscando experiencias activas y saludables. El creciente interés en la salud y el bienestar ha impulsado la popularidad de eventos como retiros deportivos, campamentos de entrenamiento y viajes con un enfoque en la actividad física.

-Eventos que mueven masas: Desde la Fórmula 1 hasta el Maratón de Valencia, los grandes eventos deportivos generan miles de desplazamientos cada año, atrayendo tanto a espectadores como a competidores. La participación en estos eventos no solo genera turismo directo, sino también economías paralelas en sectores como la hostelería, el transporte y la restauración.

-Rompiendo la estacionalidad: Mientras el turismo tradicional se concentra usualmente en los meses de verano, el turismo deportivo tiende a extenderse a lo largo de todo el año, permitiendo a los destinos diversificar su oferta y distribuir la actividad turística de manera más equilibrada. Este factor es clave para regiones que buscan una fuente de ingresos constante sin depender exclusivamente de los meses de mayor demanda.

España, un destino ideal para el turismo deportivo
España cuenta con todos los ingredientes para consolidarse como líder en turismo deportivo. Su infraestructura incluye estadios, pabellones y recintos
especializados, además de paisajes naturales que pueden servir de escenario para pruebas deportivas de todo tipo. Asimismo, dispone de una oferta complementaria de servicios (alojamiento, restauración, transporte) de alta calidad.


El clima también juega un papel fundamental: con más de 300 días de sol en muchas zonas del país, España se convierte en un destino perfecto para actividades al aire libre durante todo el año. Desde el surf en las costas atlánticas y mediterráneas hasta el esquí en los Pirineos y Sierra Nevada, la diversidad geográfica ofrece un amplio abanico de posibilidades para el turismo deportivo.


No obstante, para aprovechar este potencial, es clave una gestión adecuada. Si se desarrolla de manera sostenible y progresiva, el turismo deportivo puede convertirse en una auténtica joya para la economía y la industria turística. Sin embargo, si no se regula correctamente, existe un alto riesgo de sobreexplotación y masificación, repitiendo errores de otros modelos turísticos.


Para evitar esto, es esencial que las administraciones, empresas turísticas, organizadores de eventos deportivos y demás agentes trabajen en conjunto para diseñar estrategias que fomenten la sostenibilidad y el desarrollo responsable. La inversión en infraestructuras adecuadas, la regulación del flujo de turistas en ciertos espacios naturales y la promoción de actividades en entornos no masificados pueden ser claves para garantizar el equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad.


España tiene en sus manos una oportunidad única: convertir el turismo deportivo en un motor de crecimiento económico, combinando deporte, turismo y desarrollo local. La clave está en gestionar este diamante en bruto con visión de futuro y apostar por un modelo equilibrado que beneficie a todos.

Iván Sierra

Estudiante del Máster en Gestión Deportiva en la UPV.