EL CICLOTURISMO GANA PROTAGONISMO EN EL PANORAMA DEPORTIVO Y TURÍSTICO ESPAÑOL.
En los últimos años, el cicloturismo ha pasado de ser una práctica minoritaria a convertirse en uno de los motores emergentes del turismo deportivo en España. Cada vez más viajeros eligen la bicicleta como una forma de disfrutar del territorio a un ritmo menos frenético y más saludable y respetuoso con el entorno. Según el Ministerio de Transportes, los viajes cicloturistas en España aumentaron un 23% entre 2015 y 2019, y el país cuenta ya con más de
11.500 kilómetros de rutas que combinan trazados ferroviarios recuperados y recorridos naturales.
La evolución del cicloturismo en España
El origen del cicloturismo moderno en España se remonta a la década de 1990, con la creación del programa Vías Verdes, impulsado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Renfe y el entonces Ministerio de Obras Públicas. Esta iniciativa transformó antiguas líneas de tren en desuso en rutas seguras para ciclistas y senderistas, sentando las bases de una red que hoy supera los 3.500 kilómetros (y sigue creciendo).
Ejemplos como las Vías Verdes de Girona muestran el éxito del cicloturismo en España: pasaron de 123.000 usos en el 2000 a 1,5 millones en 2010, generando 1,15 millones de euros y atrayendo 45.000 cicloturistas. En 2011, España alcanzó 900.000 pernoctaciones de cicloturistas y un impacto económico de 1.620 millones de euros. Además, entre 2015 y 2019, el turismo deportivo creció un 23%, confirmando el aumento del interés por el cicloturismo como una forma de viaje activa y rentable.
En la actualidad, se estima que esta actividad mueve en España cerca de 2.000 millones de euros anuales, con más de dos millones de usuarios y una clara tendencia al alza. Este crecimiento ha favorecido especialmente a las zonas rurales, donde el cicloturismo contribuye a combatir la despoblación y a diversificar la economía local. Alojamientos, restaurantes y talleres de bicicletas se benefician directamente del flujo de ciclistas que recorren las distintas rutas del país. Esto demuestra que el cicloturismo no solo genera beneficios deportivos y medioambientales, sino también económicos.
Rutas emblemáticas de cicloturismo en España
España cuenta con una amplia variedad de rutas que suman más de 300 etapas y que la convierten en un destino de referencia a nivel europeo. Entre las más destacadas figuran:
- El Camino de Santiago Francés: 780-850 km desde Roncesvalles a Santiago de Compostela. Desnivel acumulado de 12.000 m y dificultad media-alta.
- El Camino del Cid: 1.300-1.400 km circular por Castilla-La Mancha, Aragón y Valencia. Desnivel acumulado de 9.715 m y dificultad media-alta.
- Pirinexus (340-353 km circular por Girona y Pirineos, parte de EuroVelo 8). Desnivel acumulado de 3.079 m y dificultad media. Es la ruta transfronteriza más larga del sur de Europa.
- La Transpirenaica: 800-1.027 km de Cap de Creus a Hondarribia. Desnivel acumulado de 25.000 m y dificultad alta.
- TransAndalus: 2.000 km atravesando las ocho provincias de Andalucía. Desnivel acumulado de 37.760 m y dificultad alta.
- La Vía Verde de Ojos Negros: 160-250 km de Teruel a Valencia. 2.401 m de descenso y dificultad baja.
- La Vía de la Plata: 900 km de Sevilla a Santiago. Desnivel acumulado de 11.000 m y dificultad media-alta.
Puedes consultar rutas cicloturistas a través de este mapa interactivo.
El perfil del cicloturista que recorre España
El cicloturista extranjero en España suele tener entre 45 y 55 años, un alto nivel educativo y motivaciones vinculadas a la salud, el deporte y la naturaleza. Principalmente proviene de países del norte de Europa, como Países Bajos, Alemania, Reino Unido y Francia. Su gasto diario promedio va de 130 a 250 euros y sus estancias suelen durar entre cinco y ocho días.
Por su parte, el cicloturista español presenta un perfil más joven, entre 25 y 54 años, con un carácter recreativo orientado a escapadas cortas o regionales. Participa frecuentemente en actividades grupales autoorganizadas, realizando rutas más largas, y su gasto medio diario ronda los 60 euros por persona. La expansión del uso de bicicletas eléctricas ha permitido que los recorridos sean más largos y accesibles, ampliando la participación y la duración de las rutas para todo tipo de usuarios.
Motivos del crecimiento del cicloturismo en España
El auge del cicloturismo en España responde a una combinación de factores sociales, económicos, ambientales y estructurales que se intensificaron tras la pandemia de COVID-19. El confinamiento y la búsqueda de actividades seguras al aire libre impulsaron un fuerte crecimiento en el uso de la bicicleta, con un aumento del 23% en las ventas en 2020 y un mayor tráfico en rutas como la EuroVelo 1, que registró subidas del 19% en verano y del 27% en otoño respecto a periodos anteriores.
Este fenómeno refleja un cambio en los hábitos de ocio, con más personas interesadas en experiencias tranquilas, saludables y en contacto con la naturaleza. Actualmente, más de la mitad de la población española utiliza la bicicleta de forma recreativa, lo que demuestra su consolidación como práctica cotidiana.
Al mismo tiempo, la sostenibilidad ambiental se ha convertido en un motor clave: el cicloturismo reduce la huella de carbono y ofrece una alternativa responsable frente al turismo masivo y dependiente del transporte motorizado. Esta tendencia conecta con la creciente conciencia ecológica europea, reforzada por políticas públicas y movimientos sociales que promueven la movilidad sostenible y el respeto al medio ambiente.
La mejora de infraestructuras ha sido clave para impulsar el cicloturismo en España. La ampliación de redes como las Vías Verdes (más de 3.500 km) y las rutas EuroVelo ha generado beneficios económicos importantes, como los 6,86 millones de euros anuales en Girona. Precisamente, gracias a su clima, diversidad y buena conexión, destinos como Girona destacan por atraer ciclistas internacionales y ofrecer servicios especializados. Además, el auge de las bicicletas eléctricas ha hecho esta actividad más accesible para todo tipo de públicos.
En definitiva, el cicloturismo se ha convertido en un pilar del turismo sostenible en España. Tanto su red de rutas como el impacto económico que genera están en constante crecimiento y atrae a un público cada vez más diverso. Además, fomenta la vida saludable, protege el medio ambiente y revitaliza las zonas rurales. De cara a 2030, se consolida como una de las principales apuestas del turismo activo y sostenible del país.
Carla Morante
Estudiante del Máster de Gestión Deportiva de la UPV.
Fuentes: Ministerio de Transportes, Statista, Bikefriendly, Real Federación Española de Ciclismo, Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Barómetro de la Bicicleta y estudios sectoriales. Imágenes cortesía de fuentes públicas.
