Análisis y reflexión acerca de la reciente actualización de la Ley del Deporte
El siguiente artículo ha sido redactado por el gestor deportivo Nacho Traver Larraz.
El pasado 17 de diciembre de 2021 el consejo de ministros aprobó el anteproyecto de la nueva Ley del deporte. La pasada, vigente desde 1990, dejaba entrever en su ya prolongada vigencia diferentes aspectos que, actualmente, debían abordarse con una perspectiva acorde a los tiempos que corren. Un deporte extendido, profesionalizado y con multitud de estructuras y expresiones, dejan la Ley cuanto menos obsoleta en multitud de casuísticas.
Dos aspectos destacan en el nuevo texto, el reconocimiento del derecho a la práctica deportiva y su consideración como actividad esencial. Esto repercute de forma directa en el marco regulador de la práctica deportiva.
El primero integra la promoción, fomento y desarrollo del deporte, para acercar su práctica al conjunto de la ciudadanía, siendo especialmente sensible a los colectivos en riesgo de exclusión. El segundo considera el deporte como un servicio esencial al ciudadano en beneficio de su salud y por tanto protege su práctica en situaciones tan complejas como la vivida desde 2020 con la pandemia del COVID-19.
Otros aspectos fundamentales del nuevo texto son la seguridad, la igualdad y la coordinación entre administraciones. Destaca el papel de la mujer en el deporte posicionándola en equidad con el hombre, reforzando sus derechos y promoviendo su presencia en cargos directivos de entidades públicas y privadas.
Entre otros, el proyecto de Ley aborda la figura del deportista, considerando sus diferentes categorías: Profesional, Alto Nivel (Regulado por el CSD) y Alto Rendimiento (Competencia CCAA). En el nuevo texto se considera Deportista Profesional todo aquel que esté dado de alta en la Seguridad Social, en el régimen establecido y que percibe un salario por su práctica deportiva habitual. Por tanto, deja fuera de esta categorización aquellos deportistas que su práctica no está ligada a una estructura o club.
Finalmente, el texto definitivo queda pendiente de su aprobación en Congreso de los Diputados para posteriormente establecer las nuevas bases que las Comunidades Autónomas desarrollen en sus respectivas Leyes del Deporte.