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Tradición o transformación: las multipropiedades en el mundo del fútbol.

El fútbol moderno, igual que muchos otros sectores, está experimentando un gran cambio respecto a la gestión de los clubes. En el universo futbolístico actual nos
encontramos con que las costumbres tradicionales se están entremezclando con nuevos modelos de gestión empresarial que no terminan de convencer a los amantes del deporte rey.


El fútbol tradicional funcionaba mayoritariamente gracias al sentimiento de pertenencia que los aficionados experimentaban hacia entidades únicas e independientes. Gracias a la globalización este sentimiento ha podido traspasar fronteras y ha permitido a los clubes encontrar nuevas fuentes de ingresos. Por ende, son muchos los casos donde grandes empresarios han invertido grandes sumas de dinero para adquirir la propiedad de clubes, siendo un gran ejemplo de ello los muchos equipos ingleses. Pero esto ya no es una novedad, es algo que hemos normalizado y se cuestiona cada vez en menor medida.


En los tiempos que corren, los magnates y grandes empresas han decidido dar un paso más allá, creando nuevos modelos de gestión empresarial en el deporte, como son las multipropiedades de clubes y las sociedades de cartera, ya vistas en otros sectores. Esto quiere decir que una misma empresa y/o empresario puede administrar, total o parcialmente, distintos clubes sin importar la distancia geográfica entre ellos. Esto permite a los clubes más modestos experimentar un crecimiento integral: acceso a mayores recursos económicos, estabilidad financiera, globalización de la marca de club, redes de scouting más amplias e intercambio de conocimientos y prácticas de gestión deportiva y comercial.


Los ejemplos más conocidos y que más polémica han generado son los del City Group, con muchos equipos en todos los continentes (Manchester City, Melbourne City, Palermo, New York City, Troyes, Girona…), el Red Bull Group (RB Leipzig, RB Salzburgo, RB New York y RB Bragantino) y el nuevo caso de BlueCo (Chelsea), que
se ha convertido en el principal accionista del RC Estrasburgo Alsacia. En muchos de estos casos los clubes más modestos han tenido que hacer cambios en aspectos tan emblemáticos como pueden ser el escudo e incluso el nombre original de la entidad. Sin embargo, muchos de los aficionados de estos clubes se encuentran satisfechos con el nuevo rumbo escogido y lo ven como una nueva oportunidad. Este nuevo modelo ha generado muchísimas polémicas y nos hace plantearnos la siguiente pregunta: ¿es este una nueva amenaza para el deporte tradicional o una evolución necesaria hacia la sostenibilidad y el éxito global?


César Lloret López
Estudiante del Máster en Gestión Deportiva en la UPV

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