DeporteMarketing

Deportistas y las Redes Sociales

El siguiente artículo ha sido redactado por el gestor deportivo Adrián Sánchez Santana.

Desde el principio de esta década, el fenómeno de las redes sociales ha ido expandiendo su alcance e influencia sobre la población. Desde Facebook, a Twitter, Instagram, Weibo, WhatsApp, LINE o Kaokao. Algunas de estas redes predominan en una parte concreta del mundo, como es el caso de las 3 últimas utilizadas en el continente asiático. En cambio, el resto son usadas uniformemente por gente alrededor de todo el planeta, en el que se tenga acceso a la tecnología que soporta estas aplicaciones.

Esto lleva a que hoy en día sea cotidiana la comunicación instantánea, tanto en formato texto, audio o vídeo, entre cualquier dos puntos del planeta. Del mismo modo, un evento o hecho, puede generar virilidad mundial en cuestión de horas a través de la difusión masiva en redes sociales, como Twitter, quedándose registrado en Internet para siempre. No es raro encontrar publicaciones borradas instantáneamente por personajes públicos arrepintiéndose de algo que acaban de publicar y que aun así no se hayan salvado de las capturas de los usuarios, los cuales lo utilizan de agravante para cualquier acción futura, bien por tener unos principios o ideas diferentes a ellos, o incluso para insultar o amenazar, en el peor de los casos.

Raro es el caso del deportista de élite que no tenga ninguna red social. Incluso si no se sienten motivados para mantener estas cuentas, los mismos clubes o asesores de imagen les recomiendan, y en algunos casos casi les obligan, a tenerlas y usarlas hasta un cierto grado, ya que es importante de cara a la imagen del propio deportista o club para el que juega, en términos de sponsors, marketing, comunicación con aficionados y/o crear interacción o engagement. Esto lleva a que muchos deportistas tengan sus redes sociales gestionadas por profesionales (community managers y sucedáneos) donde las publicaciones e interacciones son expresamente pensadas para intentar generar impacto positivo sobre la marca del deportista, y no es un fiel reflejo de la identidad del jugador que discutiblemente es lo que los seguidores desean cuando deciden seguir en redes sociales a ese deportista que admiran o que les genera interés.

Por otra parte, como todo lo que ha sido previamente publicado nunca desaparece de internet, siempre quedará la huella digital, que puede ser usada de manera sistemática en contra de un objetivo, independientemente de si esa persona sigue pensando lo mismo que público, posiblemente hace años, afectando de manera negativa e incluso pudiendo arruinar su carrera profesional.

Esto puede ser preocupante para las nuevas generaciones que han llegado a un mundo donde ya están las RRSS en pleno auge desde que son niños. Naturalmente, muchos niños o pre adolescentes quieren estar al día con todo con sus amigos y compañeros de clase, haciendo que se abran cuentas en las diferentes plataformas desde bien pequeños, y para cuando llegan a la adolescencia lo más probable es que casi todos las tengan aunque sea para seguir a amigos y famosos sin subir su propio contenido. La consecuencia de esto, es que muchos jugadores de categorías inferiores de clubes grandes ya consiguen atraer una importante masa social en una fase de desarrollo personal, a la que aún le queda por llegar a la plenitud y muy posiblemente sin la experiencia para valorar las posibles consecuencias de todas las acciones que toman, o de las que cosa dicen en redes. De igual manera, deportistas de élite que llegan de repente al conocimiento del público, experimenten una investigación al detalle por parte de algunos usuarios, para ver si han publicado algo mínimamente controvertido, para generar un hilo o campañas en contra de dicho jugador.

Un ejemplo de esto es la campaña en contra de Junior Firpo, un futbolista lateral izquierdo del Futbol Club Barcelona que ha visto como a las pocas horas de anunciarse su fichaje se sacaban a luz en twitter, a través de cuentas de miles de seguidores e incluso en algún diario deportivo, tweets suyos de cuando era adolescente, donde publicaba comentarios negativos sobre el club para el que ahora juega, y sobre Messi. Del mismo modo, siempre se intenta sacar polémicas con temas, como por ejemplo, fotos antiguas de jugadores llevando camisetas de equipos rivales al equipo en el que juegan, sin contexto, con el fin de generar conflictos, como por ejemplo Steven Gerrard, capitán y emblema del Liverpool FC que ha visto como durante los años, se han publicado constantemente fotos suyas de pequeño con el uniforme del Everton, el rival de la misma ciudad, especialmente después de una actuación deportiva desfavorable.

Conclusiones

Las redes sociales pueden acarrear efectos negativos inmerecidos para los deportistas expuestos a la opinión del público, por las razones previamente mencionadas. Como contra medida para esto, y para su vez intentar ganar el mayor beneficio comercial para el jugador y/o empleado, muchos deportistas optan por profesionalizar todas sus cuentas de Social Media. Esto deriva en que si eres autentico y te expones en redes, eres blanco fácil para el público, especialmente según les convenga, se te echara o no las publicaciones en cara. Si caes de pie en un equipo, aunque hayan sido expuestas publicaciones polémicas, si rindes y tus actuaciones deportivas son positivas, estas serán una mera anécdota. Sin embargo, si juegas mal en el derbi o una mala actuación puntual, empezara a haber un linchamiento en contra de tu persona por tus publicaciones, incluso si no pudiste evitar la derrota a pesar de lo bien que hayas estado rindiendo hasta ahora. Por otra parte, cuando delegas la gestión de tus redes a gestores especializados, tu cuenta se convierte en un trampolín para intentar cumplir tus objetivos comerciales. Nos encontramos que premiamos al que usa las redes como instrumento y a sus seguidores como un medio para conseguir más exposición e interacciones, mientras que los jugadores que quieren ser auténticos y genuinamente acercarse a sus seguidores, tienen el miedo de la represalia pública si alguna vez publican algo no aceptado universalmente (que no son muchos pocos). El reto de ahora en adelante seria encontrar una manera de usar las RRSS para acercar al deportista de élite al aficionado medio de una manera en las que ambos grupos de interés se beneficien mutuamente.